Además de la vista que proporciona la naturaleza, Mar del Plata cuenta con un patrimonio arquitectónico imperdible.

Mar del Plata siempre fue elegida para vacacionar. Ya a principios de siglo XX, las familias más pudientes viajaban a esta ciudad para tomarse un descanso en la costa. En ese marco, se construyeron villas y residencias imponentes. Hagamos un recorrido a pie o en bici, como prefieras, por estos lugares históricos.

 Con la mirada hacia Europa

El edificio donde se encuentra el museo de arte Juan Carlos Castagnino ya de por sí es toda una obra de arte. Fue construido en 1909 y remodelado en 1919 con el propósito de ser la villa veraniega de los Ortíz Basualdo. Como se podrá observar, el estilo de la fachada, palaciego, es propio del pintoresquismo francés. La admiración hacia lo europeo llevó a que la señora Ortíz Basualdo encargara el trabajo a los arquitectos Louis Dubois y Paul Meter. El mobiliario es de origen belga, la decoración del interior estuvo a cargo de Gustave Serrurier-Bovy. El museo conserva parte del mobiliario original. Y por supuesto, expone obras del marplatense Juan Carlos Castagnino como de otros artistas de gran talento nacional.

Victoria Ocampo amaba Mar del Plata. Sentía un placer inmenso al recorrer descalza la playa y sentir la arena en sus pies. Tuvo suerte de heredar una bella casa por parte de su tía abuela. En 1912 trajeron en barco la estructura de la villa. Es de estilo inglés, de madera y estructura de hierro. A aquella casa asistieron Bioy Casares y Borges, entre otros escritores de renombre, que también vieron a Mar del Plata como un lugar de refugio e inspiración literaria. Desde 1981 funciona un centro cultural en honor a su expropietaria denominado Villa Victoria Centro Cultural Victoria Ocampo.

Edificios místicos

 La capilla Santa Cecilia se construyó en 1873 en honor a la fallecida esposa del fundador de la ciudad quien murió en su decimocuarto parto. Ha sido declarada como monumento histórico nacional y punto de partida del trazado urbano de la ciudad. Es un edificio neoclásico. En lo alto lleva una cruz de piedra y en sus costados se puede ver la figura de dos arcángeles. Según la leyenda de la ciudad, esos arcángeles han trasladado el espíritu de Doña Cecilia Robles Olavarrieta hacia allí, y ellos vigilan y protegen la ciudad. Allí descansan los restos de Patricio Peralta Ramos, fundador de la ciudad de Mar del Plata.

En 1909 las hermanas Unzué presentaron un proyecto para desarrollar un asilo para el cuidado de niñas. La inauguración del edificio se llevó a cabo en 1912. El Oratorio Inmaculada Concepción Unzué tiene un estilo neobizantino. Es un edificio amplio con un oratorio como pieza central de la planta. Está compuesto por ocho columnas y decorado con vitrales, mármoles y cuantiosos detalles. El oratorio fue declarado monumento histórico nacional en 1989.

 Miradores

El Torreón del Monje es un mirador de estilo medieval, construido en 1904 sobre Punta Piedras. Dice la leyenda que su construcción fue inspirada en una historia romántica entre un soldado que custodiaba la fortaleza y una india. Allí hoy en día funciona un restaurante.

Desde 1943, a partir de la construcción de la Torre Tanque, se puede tener una excelente vista de la ciudad. Nada más ni nada menos que 88,40 metros de altura. De noche la torre está iluminada.

 Nuevos estilos

La Casa del Puente o del arroyo está construida sobre el cauce del arroyo Las Chacras. Esta obra del arquitecto Amancio Williams trae un concepto moderno. Se terminó de construir en 1945.Desde 1930 a 1950 se han construido “chalets estilo Mar del Plata”. Tienen tejas y están decorados con la “piedra Mar del Plata”. Es decir, los materiales empezaron a adquirirse en el propio territorio. De estética ecléctica, los chalets típicos marplatenses se pueden encontrar en el barrio La Perla, Stella Maris y Afar.

Hemos terminado este breve recorrido por algunos de los principales edificios de la ciudad de Mar del Plata. Observamos las construcciones de principio de siglo XX de estilo europeo, con la llegada de las familias más ricas del país, hasta el principio de la construcción de los chalets característicos de algunos barrios de la ciudad. Ahora queda hacer mención a la foto que sacan todos: El monumento al lobo marino. Muy pocos saben de esta obra con la que se retrataron millones de turistas. La escultura fue realizada por el escultor argentino José Fioravanti en la década del 40. Dicha obra está realizada en piedra caliza. La presencia del lobo marino se debe a que, antiguamente, esos simpáticos mamíferos elegían las playas como lugar de descanso. Cabe destacar que la inauguración de la escultura anticipa una masiva llegada de nuevos turistas, pertenecientes a la clase trabajadora, que empezaron a visitar “La Feliz”. Por eso, en las décadas posteriores adquiere enorme importancia fotográfica la escultura del lobo marino, símbolo de que la familia pudo estar ahí después de un arduo año de trabajo. Así como también cobró enorme prestigio llevar alfajores de elaboración artesanal local para compartir entre amigos.

 Hoy en día muchos turistas siguen eligiendo Mar del Plata. Admiran el paisaje de su costa y su belleza arquitectónica.

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